Hace un par de semanas subí una postal que me gusta mucho con el título de "Al infierno irán". Era de una fachada de una Catedral y representaba al demonio llevando a la gente condenada al infierno, que era representado por una olla en donde los cocinaban (los hervían para ser más exacto).
Decía ahí que me gustaba porque los condenados eran quienes tenían el poder (reyes y clérigos) y que era una manera de burlarse del autor de la obra que les recordaba que por más poder que tuvieran podían terminar mal. Lo interesante es que no lo podían castigar por su obra porque era lo mismo que decía la Iglesia en la época. Claro que el individuo les decía a los propios miembros de la Iglesia eso que éstos decía al resto del mundo. En otras palabras, la Iglesia decía que los poderosos podían ir al infierno a pesar de ser poderosos y el artista les decía que ellos también podían terminar en la olla.
Pero el otro día, mientras me bañaba (momento solemne) me di cuenta de que había algo más que había pasado por alto y era lo que me interesaba de la obra. El demonio es una loca mal. Si ven la foto (que está acá abajo) pueden ver que esta en bolas y con la cola hacia afuera. En otras palabras, el demonio era bien gay. Y me di cuenta de que era eso lo interesante. El demonio es gay (no se aleja demasiado de la imagen actual de la Iglesia) pero ese gay es el que tiene el poder y los castiga a esos mismos que lo castigaban por ser gay.
Lindo....
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